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"Y, entonces regresamos a la tierrita de siempre volver."

Foto del escritor: Letras VinotintoLetras Vinotinto

Actualizado: 3 abr 2024

Hola, me llamo Deysi Johanna Urrego, y nací en la vereda el Llano, corregimiento de san Cristóbal, perteneciente a la hermosa ciudad de Medellín.

Me gusta caminar, ver películas, leer, escribir, pero sobre todas las cosas amo el Rock.

Soy la mayor de tres hijos, ( dos mujeres y un hombre).

Cuando aún era muy pequeña, nos fuimos a vivir a la vereda Mampuesto del municipio de Rionegro, Antioquía; allí mi papá ejercía como médico veterinario de la región. Hasta el día que fuimos desplazados por la violencia, era la época de los enfrentamientos del narcotráfico en el oriente Antioqueño.

Regresamos a la vereda el Llano y quedamos mi hermana y yo, al cuidado de mi abuela. Mis padres se fueron a trabajar a Barbosa, no por mucho tiempo, La ausencia de sus hijas los hizo regresar y entonces nació mi hermano, ya éramos cinco.


Era una vida de sube y baja.

A mi papá le resulto un trabajo en el departamento del Chocó, y nos fuimos todos a vivir allí, nos fortalecimos como familia, aprendimos a vivir con muy poco.


Aparecen nuevas rupturas, fuimos de nuevo desplazados por la violencia. Para entonces eran otros bandos enfrentados, pero el mismo dolor y el mismo miedo.

Viajamos de regreso a Medellín en un camión, mi mamá mis hermanos y yo, mi padre se quedó trabajando. No llevábamos muchas horas de camino cuando de repente quedamos atrapados en medio de la selva. Fuertes enfrentamientos entre la guerrilla y el ejército, nos detuvieron por una semana en la selva chocoana.

Éramos una caravana inmensa de camiones y carros imposibilitados para avanzar, el hambre se hizo evidente.

En el territorio solo existía una pequeña casita de una tribu Indígena, sus habitantes empezaron a vendernos alimentos para ayudar a alivianar un poco el hambre de niños y mujeres embarazadas, pero se acabaron las provisiones para todos, fueron días de mucha hambre.

Mi papá regresó del Chocó y se fue a trabajar a Bolombolo, de nuevo todos a emigrar como familia. Y bueno allá tampoco progresamos, con el agravante que mi hermanito se enfermo.

De nuevo a Medellín con la ropa metida en costales, no teníamos más que el pasaje para abordar el bus que nos traería a la tierra de siempre volver, a la nuestra.

Fueron épocas duras, sin trabajo, sin comida, sin Luz eléctrica.

Entonces apareció un ángel, una persona de acá de la vereda nos donó un mercado y esa donación fue la energía que nos iluminó como familia, lleno de luz la casa y todo empezó a ir bien.

Mi papá consiguió trabajo en Guarne y... a emigrar, ya era una constante. Allí la vida nos sonrío, vivimos años hermosos, de progreso, allí viví mi adolescencia, mi primer amor.


Allí, conocimos también la religión Yoruba. Para mí era hermosa, como un cuento de hadas, conocí a mi protectora Oshun quien se sincretiza con la Virgen de la Caridad del Cobre. En la religión Yoruba yo soy hija de Oshun.

Los Yorubas la identificaron con Oshún, esta orisha es la dueña del cobre, aparece en la desembocadura de un río, de tez bronceada, y entre los adornos de su vestimenta y atributos sobresale el oro. Oshún es también la orisha protectora de las gestantes y parturientas.


Terminé mi secundaria y estudiaba en el Sena a la par que trabajaba en un criadero de Codornices, Ya era grande, en mi casa no se enteraban que había iniciado un proceso de Anorexia. No se enteraban sobre todo porque yo trataba de ocultarlo a como diera lugar, usaba muchas prendas una sobre otra, además que el uniforme ayudaba,era un overol y me cubría todo el cuerpo. Iba y venía por muchos días sin comer nada; cada dia mi obsesión por estar delgada iba en aumento.


Hasta que un día me desmayé, me llevaron al hospital, pesaba 32 kilos, me diagnosticaron desnutrición grado cero. Todo empezó por la idea de verme delgada, de que cuando regresara a mi tierra nadie me juzgara por mi apariencia, ese momento cambió mi vida. Solo pensaba que mis amigos no me vieran gorda, fueron tres meses hospitalizada y alimentada con sonda.

El patrón de mi papá, que se llama Antonio, fue como un ángel para mí, pago mi tratamiento,(que era muy costoso), me ayudó, me aconsejó,

me hacía rituales de Yoruba. Salí del hospital, ya no tenía la fuerza para seguir trabajando en el criadero de las codornices.


Yo digo que la anorexia es un mal social muy doloroso y que una vez ingresas a ese camino es difícil salir. Aún hoy que ya soy grande, que tengo un hijo, hay momentos en que me miro al espejo y me veo gorda, entonces empiezo a dejar de comer, se trata de constantemente estar retroalimentado con la idea de que estuve al borde de la muerte, para cada día salir adelante.

La vida empezó de nuevo a girar en otras dinámicas, el patrón de mi papá, tuvo que viajar Mexico, y empezó a decaer económicamente, entonces regresamos a la tierrita de siempre volver.


Mis padres continuaron con la religión Yoruba.

Yo la respeto y tengo mis santos. Fue Oshun, quien en un ritual en medio de las aguas, me abrió los caminos y me anunció un viaje donde conocería el amor de mi vida y al padre de mi hijo.


Y sí, sucedió.

Me fui para el Chocó a visitar a mi papá, una prima me propuso trabajar con ella por unos días en su Almacén, me quede indefinidamente. Resulta que en ese almacén trabajaba Sergio (quien es actualmente mi esposo) y me enamoré desde que lo vi.


Cuando regrese a mi tierra ya no venía sola, ahora traía un esposo y un hijo que nació allá en el Chocó.

Llegamos a la casa de mi mamá hasta que nos instalamos en la reserva el Moral, luego pasamos a vivir y trabajar en el galpón de la vereda el LLano, y luego acá, a esta casita que es muy importante para mi porque guarda la historia de mis bisabuelos.


La Mediatorta y sus encantos.

Cuando todo eran caminos y se lavaba en la quebrada abajo.

Me cuentan que mi bisabuelo jugando a las cartas perdió ésta casita y las tierras que tenían. De eso hace ya bastantes años, ahora yo conté con la suerte de que me la rentaran para vivir en ella; se llama la Mediatorta , pese a que está muy deteriorada yo la hermoseo sembrando jardín. Para mi es un honor vivir en donde mis ancestros nacieron y crecieron.


Aquí soy feliz, vivo y sueño...


Sueño con terminar la carrera de Ingeniería Agropecuaria, que es realmente lo que me gusta (de la cual ya tengo una técnica) y complementar con Gestión Comunitaria, la que estudié , En la Institución Universitaria Colegio Mayor de Antioquia.


Bien que sin duda mi más grande sueño es tener una casita propia, una que tenga mi esencia, mi energía y la de mi familia.


Jesús María Urrego Cardona Luz Elena Sánchez Vasquez , acompañando a su nieto Antonio Torres Urrego, en la construcción d e la bandera de la paz. vereda El Llano, San Cristóbal Medellin, COLOMBIA. Coordinadora, Martha Elena Loaiza

ABUELOS

De mi palabreo con la dulce e inteligente Johanna, en su casita La Mediatorta,en la vereda el Llano.

Gracias valiente mujer por abrirnos tu alma.

Gracias por el chocolate degustado al calor del tintineo de la lluvia sobre el tejado.

Con amor Elena L

 
 
 

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