Julia de Burgos: La Excelsa Poetisa de Puerto Rico.

Julia Constancia Burgos García, conocida popularmente como Julia de Burgos, es una figura monumental en la literatura puertorriqueña y latinoamericana.
Considerada por muchos críticos como la más excelsa poetisa de Puerto Rico, Julia de Burgos logró trascender las barreras de su tiempo para convertirse en una voz potente y resonante a través de su poesía. Además, fue partidaria de la independencia de la isla, y su vida y obra se entrelazan con la lucha por la libertad y la identidad puertorriqueña.
El Legado de Julia de Burgos para Puerto Rico La obra de Julia de Burgos es un reflejo de la identidad puertorriqueña y de las luchas que la isla ha soportado a lo largo de los años. Su poesía exploró asuntos tan profundos como el pasado colonial de Puerto Rico, el legado de la esclavitud y el imperialismo estadounidense. A través de su escritura, Julia de Burgos logró capturar la esencia de la experiencia puertorriqueña, dando voz a aquellos que históricamente habían sido silenciados. Uno de sus poemas más célebres, el Río Grande de Loíza, es un vívido relato de los horrores que padecieron los nativos de la isla y los esclavos africanos en el río de Puerto Rico. Esta obra es un conmovedor testimonio del dolor y la violencia que han marcado la historia de la isla, pero también es un canto de esperanza y resistencia.
Río Grande de Loíza
¡Río Grande de Loíza!… Alárgate en mi espíritu y deja que mi alma se pierda en tus riachuelos, para buscar la fuente que te robó de niño y en un ímpetu loco te devolvió al sendero.
Enróscate en mis labios y deja que te beba, para sentirte mío por un breve momento, y esconderte del mundo y en ti mismo esconderte, y oír voces de asombro en la boca del viento.
Apéate un instante del lomo de la tierra, y busca de mis ansias el íntimo secreto; confúndete en el vuelo de mi ave fantasía, y déjame una rosa de agua en mis ensueños.
¡Río Grande de Loíza!… Mi manantial, mi río, desde que alzome al mundo el pétalo materno; contigo se bajaron desde las rudas cuestas, a buscar nuevos surcos, mis pálidos anhelos; y mi niñez fue toda un poema en el río, y un río en el poema de mis primeros sueños.
Llegó la adolescencia. Me sorprendió la vida prendida en lo más ancho de tu viajar eterno; y fui tuya mil veces, y en un bello romance me despertaste el alma y me besaste el cuerpo.
¿A dónde te llevaste las aguas que bañaron mis formas, en espiga de sol recién abierto?
¡Quién sabe en qué remoto país mediterráneo algún fauno en la playa me estará poseyendo!
¡Quién sabe en qué aguacero de qué tierra lejana me estaré derramando para abrir surcos nuevos; o si acaso, cansada de morder corazones, me estaré congelando en cristales de hielo!
¡Río Grande de Loíza!… Azul. Moreno. Rojo. Espejo azul, caído pedazo azul de cielo; desnuda carne blanca que se te vuelve negra cada vez que la noche se te mete en el lecho; roja franja de sangre, cuando baja la lluvia a torrentes su barro te vomitan los cerros.
Río hombre, pero hombre con pureza de río, porque das tu azul alma cuando das tu azul beso.
Muy señor río mío. Río hombre. Único hombre que ha besado en mi alma al besar en mi cuerpo.
¡Río Grande de Loíza!… Río grande. Llanto grande. El más grande de todos nuestros llantos isleños, si no fuera más grande el que de mí se sale por los ojos del alma para mi esclavo pueblo.

Julia de Burgos y el Feminismo Julia de Burgos no sólo fue una gran poetisa, sino también una pionera del feminismo. Su poesía refleja una aguda conciencia de las restricciones y desigualdades que las mujeres enfrentaban en su época. A través de sus versos, Julia de Burgos desafía las normas sociales y culturales que limitaban a las mujeres, y aboga por la libertad y la igualdad. En sus poemas, Julia de Burgos presenta dos lados diferentes de sí misma: el "yo" poético y el "tú" que representa las expectativas y restricciones impuestas por la sociedad. En esta lucha interna, Julia de Burgos se rebela contra su "tú" conformista y sumiso, y reivindica su "yo" libre e independiente.
YO MISMA FUI MI RUTA Yo quise ser como los hombres quisieron que yo fuese: un intento de vida; un juego al escondite con mi ser. Pero yo estaba hecha de presentes, y mis pies planos sobre la tierra promisora no resistían caminar hacia atrás, y seguían adelante, adelante, burlando las cenizas para alcanzar el beso de los senderos nuevos. A cada paso adelantado en mi ruta hacia el frente rasgaba mis espaldas el aleteo desesperado de los troncos viejos. Pero la rama estaba desprendida para siempre, y a cada nuevo azote la mirada mía se separaba más y más y más de los lejanos horizontes aprendidos: y mi rostro iba tomando la expresión que le venía de adentro, la expresión definida que asomaba un sentimiento de liberación íntima; un sentimiento que surgía del equilibrio sostenido entre mi vida y la verdad del beso de los senderos nuevos. Ya definido mi rumbo en el presente, me sentí brote de todos los suelos de la tierra, de los suelos sin historia, de los suelos sin porvenir, del suelo siempre suelo sin orillas de todos los hombres y de todas las épocas. Y fui toda en mí como fue en mí la vida... Yo quise ser como los hombres quisieron que yo fuese: un intento de vida; un juego al escondite con mi ser. Pero yo estaba hecha de presentes; cuando ya los heraldos me anunciaban en el regio desfile de los troncos viejos, se me torció el deseo de seguir a los hombres, y el homenaje se quedó esperándome.
En resumen, Julia de Burgos es una figura emblemática de la literatura puertorriqueña y del feminismo. Su vida y obra son una fuente de inspiración para todos aquellos que luchan por la libertad, la igualdad y la justicia.
A través de su poesía, Julia de Burgos nos invita a cuestionar las injusticias, a desafiar las convenciones y a luchar por un mundo más justo y equitativo.
Julia por siempre
Con Amor : Elena L.