Un rincón Para la tristeza

El Ocho de marzo del año 2013,
Alicia subió corriendo los catorce peldaños que la conducían a la planta alta.
El frío que se colaba en el pasillo y algún relámpago en el firmamento anunciaban cambio de clima. Esta película arranca con mucho ruido visual y efectos sonoros lentos, piensa en tanto que se acaricia el tobillo izquierdo, hace sólo una semana que sufrió un esguince y aún renguea un poco. La casa es pequeña, El cuarto que le asignaron más pequeño aún, Con una pequeña cama, Ella Fingirá que está de vacaciones. Un viejo aparato de transmisión radial amenizaría las heladas noches. El finge que es una chimenea y ella le cree.
9 de marzo
A las seis de la mañana Lava la ropa y se dice en voz baja "Soy de agua me brota por los poros" El lagrimal derecho ordena parpadear, el izquierdo lo imita. Las labores De la casa y la huerta la mantiene ocupada durante el día, pero no le impiden pensar.
En la noche va a su cuarto trata de descansar, La tv está encendida en la sala y los cuartos.
Nota.: en su cuarto no hay televisor.
10 de marzo Llueve pero no tiene frío. Bebe una taza de café que le alegra el día, Viaja con sus recuerdos a los tiempos cuando Escapaba de la angustia brillando una, dos, tres veces la misma baldosa. "Con lágrimas queda aún más limpia" Una vez transformadas en espejo, podía mirar en ellas reflejadas las muecas de espanto que ocasiona el maltrato. Sus pies siguen helados. Le duele inmensamente el tobillo izquierdo y la cabeza. Tiene resecos los labios, el lagrimal izquierdo también el derecho.
11 de marzo
Domingo. Fueron al rito de la fe católica. Ella no había asistido a una misa desde la época del colegio. Siente inmensos deseos de llorar y una calladez en el alma que asusta. Un dolor taladrado que la hace temblar. De repente la invade mucho frío. Es frío en el alma. Siente como si la vida hubiese dado un vertiginoso salto y la hubiese puesto marcha atrás. Como si el camino recorrido fuese una gran alfombra que de repente un oscuro ser tiro de una de sus extremos y la dejo de bruces al filo de un despeñadero.
Entonces vuelven a su pensamiento sus lentos pasos sobre la vieja casa. Toda limpio inmaculado. Las descoloridas sabanas, las remendadas cortinas. Las ollas brillantes y relucientes. Dos zanahorias y un balde de lágrimas para la sopa.
El leve dolor de cabeza empieza a atormentarla.
Cierra los ojos y una lágrima titila a punto de reventar. Como un eco vuelven atropelladamente los sonidos de esa voz que taladraba el alma. Esa voz tronándose en los oídos durante el día, gritándole palabras humillantes .Y luego la noche todo oscuro y torturante hasta lo más profundo de la palabra tortura. Ella, sin tener la esperanza que poseen en su mayoría los mortales, quienes en el sueño encuentran alivio a su dolor Porque el sueño todo lo cura. Incluso el hambre.! Pero no! para ella no existía tal derecho. Las veintitrés horas, Las veinticuatro. La una de la madrugada, la hallaba dando mil vueltas por la casa vigilando de reojo "al gran señor" el gran dueño y señor de sus vidas. Tan dueño y señor que se atrevía a preguntar a cada instante "¿Qué estás pensando? ! Te ordeno que me lo digas ya! Y si tu no me lo dices Dios me lo revela y te va peor. Así que habla de una vez" Ante el castigo inminente del Dios altísimo, cualquiera que haya sido educado para temerle, cede sin dilación alguna. “El gran señor “sentado en el sofá. A cada instante simulaba que había terminado de escribir en su muy tachonada agenda. Entonces a eso de la una o dos de la madrugada decía: "Prepara dos cafecitos y te sientas acá. A mi lado." Su estómago se revolvía de náuseas, De dolor. A fuerza de conocer el desenlace de la historia quedaba fría, así permanecía Durante toda la noche, él preguntaba:" ¿te sucede algo?", " Nada.como crees" - ella respondía- y sonreía de la manera más hipócrita y creíble.
No voy a llorar. ¡Maldito! pensaba Alicia para sus adentros y mucho más adentro pedía mil perdones por atreverse a pensar mal del ungidisimo siervo de Dios. ¿Acaso no sabéis que unos osos devoraron a unos jóvenes por llamar calvo al profeta Elías? pensaba, Dios es amor y también fuego consumidor que devora a todo aquel que no guarda sus preceptos y obedece a sus mandamientos. No toquéis a sus ungidos. Ella estaba muerta, Obedecida o moriría obedeciendo. Servidas las tazas de café las llevaba a la mesa auxiliar. Si los objetos hablaran aquella mesita os haría llorar contando historias. Bebía en silencio el café manteniendo la mirada más inexpresiva posible. Él se acercaba la abrazaba y clavándole los dedos en el hombro empezaba a maldecirla y maldecir su suerte por tenerla a su lado. Y tantas mujeres- decía - que morirían por estar con él. Pero no, a él le había tocado la peor. Pronunciaba cada palabra pegando su cara a la de ella y con furiosa lentitud repetía una y otra vez en sus oídos, ¡basura! Ella, Temblaba. Cuando los deseos de él cambiaban de rumbo le ordenaba ir al cuarto. Se daba por bien servida si luego no salía golpeada. Una y mil veces sufría ataques de vomito después de estas veladas. Cuando finalmente él se quedaba dormido, Alicia se deslizaba silenciosa por la casa cumpliendo sus deberes de madre. El desayuno. El baño. Llevar los hijos al colegio. Cuanto lloró de regreso a casa .Cuanto rogó e imploró a Dios pidiendo ayuda. Pero su ingenuidad era tal que sus ruegos eran: "¡Dios ayúdame a ser buena, a ser diferente!" Dentro de la casa trataba de permanecer en silencio. Caminaba suave, se deslizaba limpiando acá .allá. De repente escuchaba su voz llamándola. ¡Acuéstate ¡- ordenaba. Entonces sin voz gritaba profundo, Desde sus entrañas ¡Dios ayúdame, No deseo vivir más esta tortura! Se duchaba luego Por largas horas con el grifo abierto, sentada en el piso del baño lloraba su desgracia. Se odiaba. Odia su suerte, su poco valor, Sus limitaciones. Salía del baño, se vestía, abría de par en par su closet y decidía "Ayer use la camiseta amarilla, hoy le toca a la violeta. La verde limón está reservada solo para los domingos" 19 de marzo Son Las seis de la mañana , La luz del día golpea la ventana. Alicia Levanta el pequeñísimo vidrio superior para que entre el aire matutino... llueve. Luego de tomar el desayuno se dedica al lavado de la ropa, continúa lloviendo. La lluvia es una aliada perfecta cuando de llorar se trata y Llueve a cantaros pero ella no llora. Mira desde la ventana el agua correr. Se limita a respirar. A las once de la mañana Las labores domésticas han terminado. Sobre la alambrada la ropa de múltiples colores confía que el sol se dejará seducir y vendrá a secarlas. Cuando permanece sentada por largo rato entiende el significado de la palabra ciática, entonces camina de acá para allá rengueando. En la tarde un fuerte aguacero azoto la región; Alicia Esta hecha una laguna le sale agua por los poros y por poco por los ojos. Al final siempre procura sonreír. Todo se vuelve gris. Llega la noche, Trata de dormir. Su mente vuelve a viajar, no duerme. El frío se le cuela por la piel y penetra hasta los huesos, Uno o dos pájaros trinan entre los árboles; el sueño a huido de sus ojos, está cansada y en extremo triste.
El viento gime entre los pinos, miles de luciérnagas tienen su luminoso ritual de apareamiento. La vida efímera como su reflejo le pasa la cuenta de cobro. Cancela. Continúa en deuda, Tiembla de frío. Sus ojos arden de cansancio. Intenta dormir.
24 de marzo Son las doce y treinta tres minutos .Grandes ruidos en el firmamento amenazan un fuerte aguacero. El cielo se oscurece. bajo del alero y frente a su ventana han colgado una begonia roja, como la sangre, con hojas verdes de nostalgia. A puerta cerrada y Bajo el halo de luz que se filtra por la ventana Alicia escribe, quiere guardar celosamente su pasado. Pero las palabras se le escapan como gotas de un grifo averiado. Sentada sobre la cama abraza sus piernas y trata de calentarse. Le duele la cabeza. 25 de marzo Hoy deseo que no llueva, pide Alicia cerrando los ojos y suspirando suavemente. No se cumple su deseo, la lluvia cae y la obliga al encierro. Que monotonía. Ráfagas de viento azotan los quince árboles que hay de la calle al portón. Todo es silencio y por no muy poco soledad. Da tres vueltas de acá para allá sobre el prado. No desea pensar. Se lava el rostro con agua del grifo. Esta heladísima. 27 de marzo El sol parece un pequeño reflector colgado en el firmamento. Con todo logra movilizar algunas nubes.es seguro que esta noche lloverá. La tierra está húmeda. Afuera no es posible permanecer. El frió se le cala hasta los huesos. Los pájaros trinan con desespero. Debe moverse para no congelarse. Se ha encerrado en el cuarto. En el minúsculo cuarto no hay mucho que hacer. Llueve sin parar… Se tira sobre la heladísima cama y trata de poner orden en Su cabeza. Se queda dormida con sus helados recuerdos.
29 de marzo Tal parece que el sol calentara hoy un poco más que ayer, piensa mientras bebe una taza de café, " Dios mío que desespero esta espera" Le duele la espalda. No durmió bien . Hay jaleo en la cocina, Las ollas chocan unas contra otras. Los trastos se desmayan del mesón al fregadero. 30 de marzo Tres horas tres minutos .Hace una hora da vueltas y más vueltas en la cama, bebe agua, le duele la cabeza se toca las piernas y encuentra un gusano verde dentro de la pijama, se desespera, sale del cuarto en busca de una aspirina para aquietar su torre de control, Llueve aunque no hace frío. La casa está en silencio, tiene fiebre. 31 de marzo Va cayendo la noche con su manto azul oscuro. Todo duele con mayúscula y en un solo sentido, al alma .atravesándola. Duele tanto, tantísimo el recuerdo, bebe agua, ya no hay aspirinas. Le duele el alma, le duele el alma Se inunda y no encuentra el tapón de emergencia. Al amanecer cesa la lluvia. Ya se escuchan los primeros trinos. Su nariz gotea.
4 de abril Hoy tiene bien removida la herida del abandono. Le duelen la garganta y la espalda. Dicen que la espalda duele cuando hemos perdido el rumbo y/o equivocado el camino, la de Alicia tiene nudos y retortijones. Permanece largo tiempo fuera de la casa, No quiere hablar, no quiere comer, quiere estar sola, no logra soltar una lágrima aunque el dolor le palpita en el centro del pecho y le quema. 5 de abril Diez de la mañana, Llueve. Aunque no hace frió. Encerrada en su cuarto Alicia Escribe. No ve bien, pero continúa escribiendo. Debe aceptar la realidad. Sus ojos se fueron gastando persiguiendo sobre la tela la basta milimétrica en las lúgubres fábricas de la gran ciudad. 6 de abril A las seis de la mañana hace fila para usar el baño. Con la toalla al hombro espera su turno. Un cuarto de baño para siete es una locura. Luego del baño va a lavar la ropa. 8 de abril Toda la noche llovió, las ropas extendidas coquetean con el viento esperando el sol, ella también. Se tiende en la hierba y cierra los ojos y Recuerda: "érase una vez. Un hombre que obligaba a su familia a hacer siestas dominicales para asegurarse de que nadie huyera mientras él dormía". 9 de abril. Hoy Alicia y las otras chicas del programa Hogares de acogida han tenido cita con La psicóloga, después de la cita toman el almuerzo en el patio de atrás. Regresan a la vereda en las horas de la tarde, ella no se desplaza, Levita por la estancia. Son las veintitrés horas y del sueño nada. Apaga la luz. Nibelungos. 10 de abril La lluvia con lentitud nocturna lavó todo lo expuesto bajo el cielo. Escurren los techos, los árboles gotean, el cuarto está helado, Alicia Tiembla, la cama es un tempano de hielo;tiritando de frió va y bebe una aromática en la cocina. "Increíble soy una estatua de bruma y Me iré evaporando de estos paisajes", piensa. 12 de abril. A las cinco y cuarenta y cinco se baña con heladísima agua, En tanto que dos escarabajos en la ventana observan un cadáver de mariposa en el piso. Cuelga la ropa mojada en la alambrada, allí extendidas parecen un fantasma de su ser. Llueve, afuera todo continuo inundado, la ventana sigue empañada, hay una mariposa dormida sobre su cama, Alicia la mira extasiada, en la casa solo se escucha el chirriar de las bisagras de las puertas cuando alguien se levanta para ir al baño. Un concierto de luciérnagas ameniza el dolor de sus piernas, no hay estrellas, le zumban los oídos. El termómetro digital a marca 8 grados de temperatura ambiente, Su salud se debilita. 15 de abril Hoy Alicia Tiene calladez en el alma y ganas de nada. luego del almuerzo fue a caminar con su monólogo. Un fuerte aguacero la alcanza y la obliga a refugiarse bajo de un pequeño alero, se le inundan los pies, los árboles se bañan, Alicia también. Regresa a casa hecha una sopa, Se seca la cabeza y extiende su ropa escurriendo en la alambrada del corredor trasero. Entra en el cuarto, escribe bajo la luz de los relámpagos que de vez en vez ilumina la ventana. 16 de abril El agua escurre por techos y calles, su corazón en vela es un guardián gris del viento y el frió que golpea su rostro y le traspasa el alma. Sus manos se frotan una contra la otra para darse mutuo aliento, llueve lentamente. 17 de abril No hay vuelta atrás "Este avanzar es aproximarnos a la muerte". Piensa Alicia mientras se lava el cabello. Se apresura en su arreglo personal, debe asistir hoy a la última cita con la psicóloga. Regresan. Son las ocho de la noche y la buseta sube dando giros en medio de la neblina, le duelen la cabeza, las piernas y el alma. Tiene los oídos llenos de aire y los ojos repletos de lágrimas, Se cubre la cabeza con la chalina y recostando su cabeza sobre la ventanilla Alicia llora. Cuento ganador Primer puesto COMBOS Con amor: Elena L.
Y quien soy yo.

Tengo la piel morena, los ojos pardos, el alma azul, Soy viento de nacimiento, maga por asignación, fui parida un medio día en diciembre en lugar tan extraño y oculto que ni mi madre sabe dónde, jamás se dará cuenta de mi origen y eso podría ser un infortunio. A veces.
Fui luego puesta bajo el cielo de Caicedo un barrio encaramado en las laderas del pan de azúcar, lleno de seres que gritan en las noches de placer y en el día aúllan de hambre y tristeza.
Durante toda mi infancia estuve rodeada de tristeza, sobre todo de caras hambrientas pobladas de parches, cabellos en bandera, niños descalzos, toda mi infancia me creí diferente a ellos y eso que transitaba las mismas calles y me agobiaba casi la misma hambre. Moje la cama tantas veces más de las que me caben en la memoria.
Luego vi crecer mis piernas y salte de una a otra casa, mi casa, mis hijos, mis problemas, mis maridos, mis penas. Transite entonces los caminos de parir, amamantar, soñar con escapar, pero permanecía eternamente siempre en el mismo lugar, experimentando penas que me dejaron sin aliento, sin fuerzas con ganas de nada.
Sin embargo, un día, una lluviosa mañana, escarbando en las profundidades de mi psique regrese a mi hogar a mi profundidad del alma y me encontré y me dolió tanto, tanto la vida…
Luego entendí, me fortalecí, soñé y volé. He perdido y ganado …
Aquí estoy. A veces también voy y vengo en las noches a mundos que solo en sueños nos es dado conocer.