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APRENDÍ A BAILAR BAJO LA LLUVIA SIN IMPORTAR LA TORMENTA.


Yo hago danza porque la sensación de infinitud en esa brevedad del movimiento se ha vuelto mi alimento.

Siento que la danza es Poesía en el espacio, una poesía honesta en la que uno mismo es el material que se trabaja rigurosamente, para dar y darse.


Hola soy Dora Beatriz Granda y recuerdo que:

Un padre amado llevó a su hogar música de zarzuelas, valses, danzas húngaras, música clásica y colombiana. Surge la danza en un cuerpo de niña lleno de energía, que desea mostrar su movimiento al compás de música nunca antes escuchada.

Seguramente mi madre al mecerme, cuando calmó mi llanto se hizo mi cómplice.

Me aventuraba a danzar con mis Amiguitas que felices me acompañaban en una hermosa coreografía.

Cuando veo la naturaleza que baila permanentemente a nuestro alrededor, comprendo que es natural bailar, así que todos podemos regresar a ese instinto, a la libertad del movimiento corporal.

Descubro que se danza en soledad, en la compañía de nuestros seres queridos, frente a nuestra persona amada, por diversión, y por supuesto, le danzamos a Dios, independientemente de nuestra formación religiosa; los rituales definitivamente contienen movimientos sincronizados, que se enlazan unos con otros.

Llevar la danza a mi comunidad fue un gran reto y acierto, pues a la fecha, chicos, grandes y más grandes, e inclusive nuestro habitante en situación de calle, me acompañan en esta locura que se contagia cada día recreando espíritus alegres.


Me decía de niña:

Danzar con vos, en mi espacio o en tu espacio a los acordes de un bambuco, cumbia o porro, me acerca a tu corazón y vos al mío, en un redescubrimiento de tu talento, el de ellos, el mío, o el de todos”.

Es mi deseo que mi escuela me permita expresar mis sentimientos, emociones y pensamientos a través del movimiento de la danza ya que de una manera alegre se fortalece el movimiento, expresión, conocimiento, control y dominio del cuerpo.

Cada pensamiento, sentimiento y movimiento de nuestro cuerpo-mente, afecta la blogósfera de nuestro mundo, por tanto la evolución de la humanidad.

Con las danzas, La corporación cultural CABUCO de la comuna siete, ha viajado por Colombia y el mundo danzando sus cumbias, bambucos, bullarengues, sanjuanero, porros, rumbas paisas, pasillos. En Argentina, Chile, Venezuela, Colombia ha sido representada. Obteniendo en mi persona el título de “Donosa del vigésimo festival de danzas argentinas e inmigrantes en 2009” en Villa Elisa /Argentina.

Embrujada y atrevida la costa Atlántica vino y se quedó. Se quedó con su porro, alojandose en una hermosa mansión llena de flores, donde el maestro Lucho Bermúdez dijo: “ustedes no pueden salir de aquí por la tempestad, y yo, porque vivo muy amañado’. En ese momento alguien le dijo que se tenía que ir a trabajar y Lucho le respondió: ‘Salsipuedes’ y nace ese hermoso porro que homenajea a la finca, arriba de la Pola. Entonces me atrevo a homenajear a Robledo desde allí, en una aventura llamada para siempre “temporada para danzar”.


Con mi andar por el mundo y dando a conocer la propuesta dancística desde dentro, en mi comunidad, ciudad, país y países extranjeros, surge un reto más: ser la Coordinadora Nacional para Colombia del programa internacional de escuelas hermanas y la cadena mundial para la paz.

Debo mostrar ante este organismo, como proyectar y proponer desde la comuna siete y con la danza, situaciones permanentes de paz, nacidas desde dentro de cada ser. Seleccionar de Colombia, grupos abanderados y que desde su danza gestan PAZ.


CABUCO

“De todas las Artes, la Danza es la única capaz de acercarnos a lo cósmico”. (Marta Bercy).


Una pequeña familia enclavada en la siete, se enorgullece de la influencia de todas las etnias: una nostalgia indígena, una alegría y fuerza africana, una cadencia, elegancia y garbo del blanco.

Es claro que a través de la danza se puede gestar una comunidad llena de paz y de alegría... Capturar la atención y voluntad de la gente de una manera amena y sin presión de ninguna índole, generando un auténtico compromiso de sociedad.De mi palabreo con


Dora Beatriz Granda López en el Jardín Botánico Joaquin Antonio Uribe,

Fotografía Martha Elena L.

Con Amor: Elena L.


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